El factor más importante para poder rentabilizar las explotaciones de vacuno de carne, es el conseguir una estructura de explotación adecuada, mediante:

• La consecución de una dimensión mínima de 40 vacas/persona. Ello supone, de forma inexcusable y prioritaria, que aquellas explotaciones que deseen permanecer en el sector, debieran realizar las modificaciones estructurales necesarias para poder manejar una cantidad del orden de 50-60 vacas/persona. Mientras este objetivo no se alcance, la viabilidad económica de la explotación estará siempre comprometida.
• La existencia de unas instalaciones con una inversión mínima. Debemos tener en cuenta que vamos a alojar un tipo de ganado al que vamos a exigir muy poca producción, y que dichas instalaciones vamos a necesitarlas además solo una parte del año.
• Una inversión en maquinaria lo más reducida posible. Dado que las necesidades en maquinaria de este tipo de explotaciones son muy reducidas, debe pensarse (en explotaciones de menos ele 80-100 vacas) en utilización compartida de maquinaria.

Paralelamente a estos aspectos estructurales (que son los verdaderamente importantes), podemos intentar mejorar algunos otros aspectos técnico-económicos de la explotación. De entre ellos, los que mayor interés y repercusión económica pueden tener son:

• Mejora de las condiciones de comercialización, bien mediante oferta colectiva, cebaderos de carácter asociativo o consorciado, etc.
• Mejora de los costos de alimentación invernal, mediante sistemas de alimentación que permitan no sólo dicha reducción de costos, sino unas mejores condiciones de la alimentación, y unas menores necesidades de mano de obra (sistemas de autoconsumo, uni-feed, etc.).