El riego por goteo subterráneo ha venido para quedarse. Este sistema facilita un uso eficiente del agua, por lo que se convierte en una solución especialmente necesaria en épocas de estrés hídrico como las que vive ahora gran parte de España. Particularmente eficaz ha demostrado ser en cultivos leñosos como viñedos, olivos o frutales.

Esta agricultura ha experimentado un crecimiento continuado en los últimos años hasta alcanzar los 5,4 millones de hectáreas cultivadas en nuestro país en 2023, según datos del Ministerio de Agricultura. Las claves de estos resultados están relacionadas con la rentabilidad y la sostenibilidad, aspectos en los que la utilización del agua tiene incidencia directa.

La tubería enterrada minimiza las pérdidas por evaporación, evita la proliferación de malas hierbas y facilita las labores sobre el terreno, ya que la tubería no está sobre la superficie. Además, aporta un extra de precisión y garantiza que las plantas reciban la cantidad exacta de agua que necesitan ya que se aporta el agua directamente al entorno radicular y en el momento adecuado.

Algunos sistemas junto al gotero antisucción, diseñado para evitar entrada de agua con suciedad del suelo a la tubería a través del gotero, se añade un sistema antirraíces que crea un escudo protector que rodea el emisor de goteo, bloqueando el acceso de las raíces. Lo hace liberando un compuesto activo inocuo que, de forma gaseosa, se adhiere a las partículas del suelo en contacto directo con la tubería, por lo que no es necesario emplear herbicidas.

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