Salud Alimentación

El selenio como nutriente en la infancia: cantidad recomendada / Jesús Fleta
Jesús Fleta Zaragozano
Pediatra
Profesor Emérito del departamento de Fisiatría y Enfermería
Facultad de Ciencias de la Salud - Universidad de Zaragoza
[email protected]
El selenio es un micronutriente que se encuentra en el organismo humano en cantidades ínfimas. Fue descubierto en 1817 por Jöns Jacob Berzelius y desde los años cincuenta se le reconoce como un elemento químico de cierta importancia en nutrición humana. Se trata de un oligoelemento que controla varios mecanismos intracelulares y su carencia produce manifestaciones clínicas no bien conocidas, sobre todo en la infancia.
La absorción de selenio se realiza en el intestino, se ve facilitada por las vitaminas A, C y E y otros elementos antioxidantes y se absorbe en un 60-80% en condiciones normales. En el recién nacido se encuentra en una concentración de unos 50 mcg/l, posteriormente desciende para aumentar de nuevo al introducir la alimentación complementaria. Al final de la adolescencia se alcanzan valores de alrededor de 100 mcg/l. El selenio se excreta por la orina, principalmente. Su función más importante es la de formar parte de la enzima glutation peroxidasa, elemento que junto a la vitamina E y catalasa, entre otras sustancias, protege a las células de los radicales libres y daños oxidativos, por ello tiene capacidad antioxidante. Se ha demostrado que es imprescindible para mantener la normalidad de la función pancreática exocrina y se cree que ejerce un papel protector de la carcinogénesis, aunque existen opiniones contradictorias.
Figura 1. Alimentos ricos en selenio. Fuente: https://www.webconsultas.com/dieta-y-nutricion/nutrientes/selenio-12352
Los estados deficitarios de selenio en la dieta producen manifestaciones clínicas que se observan en áreas con escasa concentración en el suelo y en el agua de bebida. En áreas endémicas de China y Rusia se han descrito dos enfermedades asociadas al déficit de selenio; la enfermedad de Keshan y la de Kaschin-Beck, sin que la génesis de ambas esté totalmente aclarada. La primera enfermedad es una cardiopatía juvenil que se manifiesta como una insuficiencia cardiaca aguda o crónica, secundaria a la necrosis del miocardio. Afecta a lactantes, niños pequeños y también a mujeres en edad fértil. La segunda enfermedad es una condrodistrofia que cursa con lesiones degenerativas y necróticas de los huesos largos y del cartílago; esto produce una oxidación anormal, detención del crecimiento y baja talla; también afecta a la piel.
En nuestro entorno su déficit puede observarse en niños con nutrición parenteral total prolongada, especialmente en prematuros. Los niños mayorcitos presentan debilidad y dolor muscular en extremidades, que puede ser, incluso, incapacitantes cuando los niveles de selenio en sangre son menores de 10 mcg/l durante un tiempo prolongado. El mantenimiento de niveles de 60-70 mcg/l evita la aparición de síntomas. Si es necesario se administra por vía oral o intravenosa en forma de selenitos, selenato sódico o ácido selenoso, entre otros preparados.
Figura 2. Contenido de selenio en algunos alimentos. Fuente: https://elmondo.org/es/selenio
La fuente de selenio es la dieta, que aporta diferentes cantidades según las costumbres dietéticas de cada persona, los hábitos culinarios y el tratamiento industrial de los alimentos. Así mismo el contenido de selenio de los alimentos es diferente según la riqueza en micronutrientes del suelo. Los vegetales y las frutas son pobres en selenio, por el contrario, la carne, moluscos, pescado, huevos y leche, son ricos. En la leche materna madura del primer semestre la concentración de selenio es de 10 a 20 mcg/l, que varia ampliamente según la riqueza de selenio de los suelos del área geográfica (desde 3 hasta cerca de 300 mcg/l). El calostro contiene hasta cuatro veces más que la leche madura de la misma área geográfica. Figuras 1, 2 y Tabla I.
Alimentos |
Cantidad de selenio
|
150 g de hígado de cerdo |
87 mcg |
1000 g (1 litro) de leche de vaca |
90 mcg |
150 g de pan integral |
83 mcg |
100 g de sardinas |
85 mcg |
80 g de pasta y 120 g de caballa |
94 mcg |
50 g de ajos y 100 g de arenques |
150 mcg |
50 g de salvado de trigo, 150 g de carne de pollo y 100 g de col de Bruselas |
82 mcg |
Tabla I. Combinaciones de alimentos (pesos netos) que cubren los requerimientos diarios de selenio en adultos (no se tienen en cuenta las posibles mermas que puedan producirse por la cocción). Fuente: http://delnutrientealadieta.com/2016/06/10/modulo-7-2-elementos-minoritarios-u-oligoelementos/22/
En el agua de bebida las concentraciones de selenio suelen ser menores de 10 mcg/l y la concentración máxima aceptable en el agua de bebida en los países de la CE es de 0,01 mg/l. Los requerimientos en edad pediátrica no se conocen con exactitud, no obstante se recomiendan las cantidades expresadas en la Tabla II.
Etapa de la vida |
mcg/día |
Niños hasta los 6 meses de edad |
15 |
Niños de 7 a 12 meses de edad |
20 |
Niños de 1 a 3 años de edad |
20 |
Niños de 4 a 8 años de edad |
30 |
Niños de 9 a 13 años de edad |
40 |
Adolescentes de 14 a 18 años de edad |
55 |
Adultos de 19 a 70 años de edad |
55 |
Adultos de 71 o más años de edad |
55 |
Mujeres y adolescentes embarazadas |
60 |
Mujeres y adolescentes en período de lactancia |
70 |
Tabla II. Cantidad diaria recomendada de selenio, según Food and Nutrition Board National Research Council (1989), modificado.
La exposición prolongada en niveles ambientales elevados de selenio puede producir cuadros de intoxicación crónica con afectación del hígado y reducción del crecimiento. Los efectos tóxicos se han observado con la ingesta de 0,01-0,1 mg/kg/día y son fundamentalmente náuseas, dolor abdominal, diarrea, alteraciones de la piel, uñas y cabello, que se transforma en más áspero y quebradizo, así como cansancio intenso; en casos severos se afecta el sistema nervioso. El selenio está considerado como un elemento peligroso para el medio ambiente por lo que sus compuestos deben almacenarse en áreas secas evitando filtraciones que contaminen las aguas. Los residuos de selenio se tratan en solución ácida con sulfito de sodio.