El fruto del tomate es una baya carnosa que puede adoptar diferentes formas, tamaños y colores según la variedad. El más ampliamente cultivado es de color rojo, aunque también hay tomates rosas, amarillos, morados, naranjas o incluso existen variedades que maduran en verde.

Aunque encontramos tomates en el mercado durante todo el año, la mejor época para el consumo de un buen tomate es el verano, recolectado entre los meses de julio y septiembre en su punto óptimo.

El consumo de tomate recolectado en su estado óptimo se recomienda por sus propiedades organolépticas, pero también nutritivas. El tomate está compuesto principalmente por agua y su macronutriente mayoritario son los hidratos de carbono. Entre los minerales predomina el potasio y de las vitaminas cabe destacar el contenido en vitamina A, básicamente en forma de betacarotenos y vitamina C. Además, los tomates y sus derivados son especialmente ricos en licopeno, carotenoide responsable del color rojo del fruto.