Hace algunas décadas fue frecuente utilizar láminas de politileno negro como acolchado en las plantaciones de frutales jóvenes pero los principales inconvenientes de esta técnica fueron la aparición de enfermedades fúngicas y la costosa y penosa retirada del residuo, ya que los restos quedan en el medio como contaminantes durante años.

En este artículo se muestran los ensayos con un material biodegradable elaborado a partir de restos de sacos de yute en dos grosores diferentes así como un material no degradable elaborado a partir de retales de confección de ropa en plantaciones de perales y cerezos.